domingo, 14 de septiembre de 2008

Cosmovisión y política

El siguiente artículo fue publicado en la página web de Radio Reina de la Selva el 26 agosto de 2008 y un resumen del mismo se puede encontrar en la sección Cultural del diario Expreso. Se trata de un artículo oportuno a raíz del proceso de lucha del pueblo amazónico, que nos brinda algunos datos básicos acerca de su contexto socioeconómico y que centra en un enfoque antropológico cultural para entender la vida del pueblo amazónico. Sin embargo, existe un punto discutible: "el salvajismo de los pueblos fue manipulado por operadores durante la revuelta de Bagua". En este punto, el autor no le concede ninguna responsabilidad política al pueblo amazónico ni a su organización sino a los "operadores", cuando lo que nos ha demostrado la lucha del pueblo amazónico por conquistar derechos fundamentales es que la política es una herramienta que ya está presente en la cultura de los pueblos y, por ende, en su cosmovisión.


PUEBLO Y BOSQUE - LOS CHUNCHOS DE CONDORCANQUI

Por Luis Arista Montoya*


La rebelión de las comunidades campesinas de Bagua y de las comunidades nativas de la provincia de Condorcanqui en el Departamento de Amazonas –que en forma conjunta la podemos denominar como la rebelión de los chunchos- ha tomado a muchos por sorpresa, porque dichas gentes, no obstante su escasa incorporación al Perú moderno, son pacíficas y dialogantes. Nos consta.

Días antes, en ocasión de la presentación del radiográfico y premonitorio libro “Amazonas. Geografía y Desarrollo” (Fondo Editorial de la Universidad Alas Peruanas, Lima -2008) del geógrafo amazonense César Olano Aguilar, en la ciudad de Bagua, pude percibir en el ánimo de la gente cierto talante entre escéptico y resentido. Estaban a la expectativa acerca de la verdadera significación de los Decretos Leyes 1015 y 1073. Necesitaban explicaciones, que no llegaron en forma oportuna, y fue cuando la comunicación voluntaria y políticamente distorsionada imperó, suscitada básicamente por mestizos acriollados y “expertos” de ciertas ONG. El miedo como mensaje se apodero.

AGUARUNAS Y HUAMBISAS
En el habla de las poblaciones urbanas del Departamento de Amazonas el término chuncho tiene una doble significación: por un lado indica al hombre salvaje (tiene una connotación entre racista y de marginalidad étnica), y, por otro lado, se refiere a un hombre tímido, casi mudo. “Tiene un carácter de chuncho”,, “no seas chunco, tímido” , son frases que aún se utilizan. La palabra chuncho proviene del quechua y aimara chunchu, plumaje; se dice generalmente de los naturales de la región selvática escasamente incorporados a la civilización occidental, que han desarrollado un estilo de vida étnico regido por un pensamiento arcaico, alerta y defensivo ante las intromisiones de la razón instrumental exógena.

Al 2005 la población total del Departamento de Amazonas –el cuarto más pobre después de Huancavelica, Cajamarca y Madre de Dios-, fue de 450, 538, con 60.8% de población rural y un 39.2% de rural. De las cinco provincias, son las de Utcubamba (con su capital Bagua Chica) con 139,240 habitantes, y Bagua con 102,608, las más pobladas y, por lo tanto, las que en el último término deciden las elecciones políticas (de ahí el interés de ciertos frentes políticos subregionales). La Provincia de Condorcanqui- habitad de Aguarunas y Huambisas- que es la zona más extensa tiene cerca de 45,000 habitantes, cercana a la población de la provincia de Chachapoyas, cuya capital histórica se ha convertido en un centralista santuario burocrático, sin capacidad de reflejo rápido para prever o solucionar conflictos como se ha visto ante la toma del Puente de Corral Quemado.

CUENCAS
Según fuentes del Ministerio de Agricultura, en el Perú existen 6,000 comunidades campesinas (de las cuales 1,013 no tienen título de propiedad de sus tierras) y 1,345 comunidades nativas (237 de ellas carecen de título). El Organismo de Formalización de le Propiedad Informal (Cofopri), tiene una gran tarea pendiente, además de actualizar los patrones de las comunidades para depurar a lo miembros que fallecieron o migraron.

De más a menos : Loreto tiene 537 comunidades nativas, Ucayali 231, Junín 174, Amazonas 169, Cerro de Pasco 115, Cusco 53, San Martín 30 y Madre de Dios 24. Los aguarunas y huambisas (conocidos como Pacamuros, hombres pintados de rojo, durante la resistencia a la expansión inca), vivieron (viven) siempre a la defensiva frente a intrusos misioneros coloniales, colonizadores agrícolas, de traficantes de madera y tierras, y de los asistencialistas urbanos de las ONGs; esperando ser incluidos por el Estado-nacional. Viven en la Alta y Baja Selva de Condorcanqui, afincados en las cuencas de cinco ríos (Marañón, Nieva, Chiriaco, Santiago y Utcubamba.).

Su diario vivir es monorrítmico, viven de la caza y la pesca, con pequeñas chacras de yuca, plátanos y café, suficiente para el “cushal” (comer) y el trueque. Aman su identidad cultural y tratan de preservarla, guiados por una cosmovisión mágico-religiosa, en donde la relación hombre-naturaleza no es una unidad dividida. (Los antropólogos- ¿dónde están? ¿sirven para algo?- que asesoran a las autoridades regionales tienen que trabajar in-situ, y consultar obras como las de Cesar Olano y de Francisco Izquierdo Ríos – eminente escritor de Saposoa -, en especial “Pueblo y Bosque”.

DIOSES
El bosque es parte consustancial de su mundo interior, de su imaginario y memoria mítica. Viene desde sus ancestros. Para ellos su comunidad entera es una suerte de árbol genealógico antiguo, y vivo aún. Han desarrollado un pensamiento totémico, fetichista y mítico, en donde la acción práctica (de rendimiento, trabajo) está subsumida en una amplia acción mágica y ritual. Las dicotomía interior-exterior, objetivo-subjetivo, no funcionan en su mente ni en sus “actos de habla”. Si no se entienden y comprenden eso signos, símbolos y códigos étnicos es difícil que un hombre urbano occidental entable diálogo con miras al consenso.

Creen en cinco dioses: Etsa, o el padre Sol; Nugkui, madre tierra, que nutre plantas y da la arcilla para la cerámica; Tsugki, padre agua, vive en ríos, lagos y cochas; Ajútap, o padre guerrero; y Bikut, o padre chamán, legendario ser que se transformó en el toé, planta alucinógena, mezclada con ayahuasca, les conecta con mundos superiores y desconocidos. Y los tunchis (alma en pena) y los chullachaquis (duendes malignos) - con cuya referencia nuestras abuelas nos asustaban para no salir al campo – son entidades protectoras de la ecología, puesto que asustan a los depredadores de bosques.

Para el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, ese pensamiento totémico y fetichista, no es un pensamiento de salvajes, ni el de la humanidad primitiva arcaica, sino el pensamiento en estado salvaje, distinto del pensamiento cultivado o domesticado con vistas a obtener un rendimiento. (véase “El Pensamiento Salvaje”. F. C. E. México 1964). Indudablemente ese salvajismo (que no es barbarie), puede ser manipulado por ciertos operadores, como ha sucedido en la revuelta de Bagua. Toca, entonces, a las autoridades democráticas gestionar proyectos en diálogo entre política y antropología cultural, para no dejarse madrugar y perder terreno.

*Luis Arista Montoya
Filósofo y Director del Instituto Nacional de Cultura (1996 – 1999). Es autor de Aprendamos a aprender (1974), Crisis histórica y dialéctica generacional (1981), Metodología de la investigación (1984), José Ortega y Gasset: pensador de la crisis (1999), J. Habermas: comunicación, modernidad y consenso (2004). Actualmente se desempeña como profesor en la Universidad Nacional Federico Villarreal.

Fuente: Radio Reina de la Selva 26-08-2008

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